—Basura, me has enfurecido completamente —al decir esto, los siniestros ojos de forma triangular de la Pitón Negra Jiao brillaban con veneno. Allí, él era la ley que dictaba la vida y la muerte de esos participantes. Esas personas lo atraparon y lo colocaron dentro de ese reino, instruyéndolo sobre lo que debía hacer. Mientras siguiera las reglas básicas, básicamente podía hacer lo que quisiera.
La única instrucción que tenía que seguir era que no debía salir de ese lugar y solo podía vigilar ese puesto de control. Al mismo tiempo, tenía que exhalar una niebla venenosa para evitar que otros que quisieran avanzar lo pasaran.