En el rostro de Luo Huan se veían rastros de sonrisa, mientras contemplaba el espectáculo de Qiu Mo arrastrado por la garganta de Qin Wentian.
—Me temo que no tendrás la oportunidad de probar cuan "poderosa" es mi boca esta noche —Luo Huan habló con sarcasmo, pero el tono detrás de sus palabras era helado. Qin Wentian comprendió, Qiu Mo debe haber usado palabras lascivas, proyectando su lujuria sobre Luo Huan, humillándola. Nunca antes había visto enojada a su jovial hermana Mayor.
Con un crujido violento de los dedos, el sonido de huesos quebrados resonó cuando Qiu Mo dejó escapar otro grito ensangrentado. Su otro brazo se rompió.
—Hermana Mayor, ¿qué tal si le hacemos vivir una vida peor que la muerte? —Qin Wentian sonrió hacia Luo Huan, pero la sonrisa en su rostro era incluso más fría que la suya.