Qin Wentian había pasado esos últimos días tranquilamente en cultivo, manteniendo un perfil extremadamente bajo. Después de la lección aprendida en el último intento de asesinato, sabía que siempre era mejor prevenir que curar. Si no fuera por su poderoso físico, ya estaría muerto.
¿Pero quién era el asesino? ¿Era del Palacio de los Nueve Místicos, del Clan Ou, del Clan Ye o del Clan Real?
No había forma de investigar. Todos los rastros y pistas que pudieron haber sido recogidos, fueron borrados con la muerte del asesino.
Para Qin Wentian, el único asunto de suma importancia era elevar sus propios poderes a través de la cultivación.