Qin Wentian estaba allí, su cabeza levantada para mirar al cielo vacío. La elegante cara del joven era tranquila e indiferente, con el más mínimo indicio de una sonrisa soleada. Parecía que llevaba consigo una fuerte sensación de confianza en sí mismo.
Los brillantes rayos del sol se reflejaban en su hermoso rostro, fortaleciendo su aspecto. Por el momento, esta juventud parecía poseer un encanto extraordinario.
—Un tipo tan guapo.
Actualmente, desde la dirección del Clan Mo, el padre de Mo Qingcheng no podía evitar sonreír al ver el rostro resplandeciente del joven.
—El Clan Qin tuvo un hijo así, es bastante raro encontrar a un joven que se las arregló para atravesar las pruebas y las dificultades con su propia fuerza y trabajo duro, para finalmente pararse aquí en el escenario más grande del País Chu. Espero que pueda hacer un milagro.
El Clan Mo dio sus bendiciones a Qin Wentian.
—Lo hará.