—¡¿Tú… tú eres el santo del trueno?! —exclamó Dorian fuertemente mientras miraba al humano de cabello rubio y la emoción lo abrumaba.
¡Este era una de las leyendas de este mundo! ¡Un héroe fantástico que luchó contra el poderoso emperador demonio de antaño! ¡Un personaje de cuento de hadas literal! Si bien Dorian no había crecido en esta realidad y, por lo tanto, no veía al hombre de la misma manera que a la mayoría de la gente y aun encontraba increíble conocer a una leyenda real.
Dorian se detuvo un poco mientras miraba al hombre. Podía sentir, instintivamente, que el hombre frente a él en realidad era un humano. No era una ilusión creada por el sistema en el que estaba, ni era su mente jugándole bromas. En verdad estaba hablando con Kaladin, el santo del trueno.