Todos los que observaban el evento se quedaron congelados ante la impresión del imposible resultado.
Ceniza cayó al suelo mientras las partículas de los restos de los dos artefactos mágicos de golem colapsaban dispersándose en el aire.
—Eso… ¿Cómo…? ¿Qué…? —Jiro Korc del hacha, el grandioso muro de diamante de la Autarquía Borrel, uno de los magos mas poderosos de su nación entera, miró a Dorian totalmente en shock.
De todos los resultados posibles que podrían haber ocurrido, ese no formaba parte de ellos, ni si quiera si considerara que Dorian fuera alguien a su nivel.
Después de todo, ni si quiera Jiro era capaz de hacer lo que Dorian acababa de hacer.