Aiden suspiró, negándose a que ni siquiera una pizca de preocupación apareciera en su rostro.
Sus ojos draconicos escanearon el área enfrente de la embarcación antes de girarse a mirar los dos seres que habían conseguido hacerlo enfadar mucho.
Las últimas horas habían sido increíblemente molestas para él. Desde la batalla contra ese humano-cucaracha anormalmente duro, observar como como el otro humano lo ignoraba para pagar por la destrucción del enfrentamiento de Aiden, hasta todo lo que había pasado antes y después de aquello.
El estaba en la misión de ayudar con la escolta para que Mira pudiera buscar a su abuela, pero no había podido evitar enfadarse. Estos humanos eran increíblemente atrevidos, tanto como el que era capaz de cambiar constantemente de forma, así como el otro contra el que había practicado.