Dorian miró por encima del empinado acantilado en el que estaba y hacia el floreciente bosque que tenía abajo. Miles de grandes robles se extendían, creando un denso y brillante follaje, como un océano de hojas meciéndose suavemente en el mar.
Después de hablar con William, el mago que conoció, por varios minutos, tomaron caminos separados. El humano había compartido una gran cantidad de información sobre este mundo y sobre aquellos que los perseguían. También le había dado al mago algunos consejos de vida que su papá y Google le habían dado, cuando estaba en la Tierra, una vez que se enteró de la situación del pobre hombre.
Dorian tomó todo lo que el mago le había contado con pinzas, eso sí, sólo para estar seguro. No pensaba que el mago le estuviera mintiendo, pero era mejor ser precavido.
—Ausra, dijiste que puedo fusionar linajes, ¿cierto? —preguntó a la tranquila genio.
—Después de completar un ciclo de crecimiento para cualquier forma de criatura y del crecimiento total de su linaje, puedes fusionar cualquier linaje con otro linaje maduro, o con cualquier otro grupo, para crear una criatura híbrida. Las criaturas híbridas no necesariamente son más fuertes que las formas básicas. Son posibles un número infinito de formas híbridas y no tengo información de la mayoría de ellas —respondió Ausra de forma clara.
Asintió, considerando sus planes.
-Dragón myyr- Etapa de crecimiento: (2/4) myyr adulto joven. Progreso de crecimiento – 1.302/8.620 –
Estaba teniendo progreso en su forma de dragón myyr de nuevo, aunque lentamente. No estaba seguro de cómo su progreso había aumentado en la cantidad en que lo hizo, pero suponía que tenía algo que ver con el último regalo que el ahora mago muerto le había dado.
Ahora era una bestia de clase Magister, y podía sentir la fuerza en su cuerpo. Sin embargo, había bestias de clase Magnus Magister en estas montañas, y había tenido que escoger su camino con cuidado.
Según William, este universo entero era más complejo que lo que él originalmente pensó.
Ausra le había informado que había una enorme cantidad de mundos en este universo, y que había una multitud de criaturas y bestias entre ellos.
No obstante, él ahora sabía que estos mundos estaban conectados por enormes franjas de tierra llamadas 'puentes de mundos'. Estos puentes eran literalmente puentes entre mundos, pero en una gran escala, donde incluso el más pequeño se extendía por más de dos docenas de millas de ancho, y cientos de millas de largo.
Había tres puentes de mundos que conectaban a este planeta. La mejor forma para escapar de sus perseguidores sería subir a uno de estos puentes. Aparentemente, estaba siendo rastreado por medio de magia del destino, algún tipo de arte místico que no entendía del todo.
La magia del destino funcionaba de forma extraña en los puentes de mundo, como varios otros tipos de magia, debido a la interferencia espacial y las leyes distorsionadas que rodeaban los puentes de mundos, permitiéndoles existir.
Si pudiera llegar a uno de los puentes de mundos, sus posibilidades de escapar aumentarían enormemente.
El puente más cercano llevaba a un planeta conocido como Mesor, notablemente uno de los puentes de mundos más largos en los 30.000 mundos. Dorian lo había eliminado automáticamente de la lista, porque, según William, los magos que lo buscaban probablemente llegaron por ese puente y estaban concentrados en esa área.
En su lugar, decidió, con sus ojos mirando hacia el sur, sería mejor tomar el puente de mundo que se encontraba dentro del imperio Tandor. Específicamente, el que se encontraba afuera de la Ciudad de los mil colores, Ciudad Yum.
El imperio Tandor estaba lejos de donde él estaba. Fácilmente a unas mil millas. Incluso para su cuerpo dracónico de clase Magister, este era un viaje que le tomaría algún tiempo. Ni siquiera podía ver el mítico puente de mundo que existía, aunque estaba emocionado de echarle un primer vistazo.
El puente de mundo llevaba a un planeta conocido como Taprisha. Era un planeta que actuaba como una zona neutral entre una de las tres familias vampiro y la Autarquía Borrel.
También estaba la casualidad de que uno de los puentes de mundos que existía en Tarisha, iba en la dirección al planeta que el mago caído Horhavil le había dicho que contenía la quebrada Ember, y el enorme tesoro que había encontrado. El mago le había dejado un pequeño mapa de los mundos cercanos en ese orbe de información, y Taprisha era uno de ellos, si bien uno de los más lejanos.
Dorian sonrió, con sus ojos brillando. Necesitaba poder, justo ahora, fuerza para mantenerse erguido y orgulloso. Y tenía un plan para obtenerlo. Con ese pensamiento resonando en su cabeza, comenzó a correr hacia adelante, hacia el borde del acantilado que miraba desde arriba el bosque, a unos doscientos metros más abajo.
Con un grito, Dorian se lanzó en el aire, con sus alas esmeralda brillando con la luz de la media tarde, y comenzó a planear por encima del bosque.
..
William se restregó los ojos, moviéndose cuidadosamente a través del sotobosque. Caminó con cautela, su cuerpo todavía se estaba recuperando de la conmoción de las heridas que había recibido antes y luego sanado por la fuerza.
Una espada de madera flotaba en el aire cerca de él, al haber activado el hechizo magia de madera: arsenal. Era un simple hechizo de autodefensa diseñado para lidiar con cualquier cosa que intentara atacarlo.
Acababa de lograr dejar la peligrosa región montañosa, y entró a los bosques justo al sur de la Ciudad Yor, haciendo el camino de regreso. Una vez que se alejó un poco más de las montañas, planeó convocar su arca voladora para volar de regreso a casa.
Su mente estaba intranquila, en ese momento, con un millón de pensamientos.
Ese dragón había permanecido fiel a su palabra, dejándolo ir sin intentar hacerle daño, o siquiera extorsionarlo. Tal comportamiento era tan atípico para cualquier cosa que esperaba, era extraño para él. Algo que el dragón le había dicho resonaba en sus oídos.
Había estado respondiendo varias de las preguntas del dragón acerca del mundo en el que vivía, Hasnorth. Muchas de ellas eran preguntas simples, como qué había en qué dirección, mientras que otras eran más complejas, preguntando por las personas o seres en el poder, o los magos que lo estaban cazando.
En cierto punto, William había traído a la conversación su propia familia, y sus problemas con ellos. No lo había planeado, pero la conversación de alguna forma se había inclinado de esa manera.
Cuando el dragón se enteró de que era un bastardo y odiaba a su padre, y de su victoria al demostrar su fuerza, le había mirado de una forma extraña.
—Si tanto los odias… ¿por qué te importa demostrarles algo? —la voz del joven dragón había cortado su alma entonces, su reflexión hacía eco en su mente—. No dependas de otros para tu felicidad. Búscala dentro de ti mismo.
William se quedó atónito, incapaz de dar una respuesta. Su conversación se había movido rápidamente más allá de eso, pero las palabras que el dragón compartió se le habían pegado.
En cierta manera, era verdad que él odiaba a su padre. Nunca había conocido a su madre, una sirvienta que se había marchado poco después de darlo a luz. Había intentado buscarla en vano, incluso cuando contrató a un mago del destino.
No había nadie en su familia que fuera particularmente cercano. Incluso su abuelo y su tío abuelo solo se preocupaban por él porque se había abierto camino para ganar una cantidad decente de fuerza como un mago de clase Caelum.
Tenía algunos amigos que había hecho, algunos mercenarios y guerreros que había contratado y conocía en base a su nombre. Pero ninguna amante, ni alguien cercano.
Los magos tenían vidas más largas que aquellos que no practicaban magia, especialmente dependiendo de la clase más alta que se alcanzara. Pero esa no era excusa para desperdiciar su vida.
—¿Qué estoy tratando de hacer aquí…? —murmuró, frotándose el mentón. Apartó el pensamiento de su mente, no obstante, cuando se concentró, juntando las manos—. Magia de madera: ¡arca voladora de Genovah!
Un instante después de que terminase de hablar, un misterioso cúmulo de símbolos apareció en frente de él. Un conjunto de madera brotó del cúmulo, doblándose y estirándose, torciéndose en la forma de un barco de tamaño mediano. Tenía unos veinte metros de largo y una docena de metros de ancho, construido completamente de una madera marrón oscuro. Un enorme pilar se alzaba desde el centro del bote, un mástil vacío. Se podía ver una pequeña cabina en un extremo de la embarcación, que llevaba hacia el interior.
Era uno de sus más preciados hechizos, uno complejo que sólo había logrado aprender después de alcanzar la clase Caelum.
—Vamos a casa, por ahora —murmuró, decidiendo que resolvería sus pensamientos más tarde.
Por ahora, volvió su mente hacia el otro cúmulo de símbolos en su alma. La herencia dejada por ese imponente mago de luz.
..
La ciudad Yor. En un enorme patio abierto, propiedad de la familia Robel, una cohorte de figuras se encontraba de piel alrededor, hablando.
Oblong estaba de pie en frente del Líder de la familia Robel en medio de una discusión sobre el caído Mago de madera, dándole un pequeño asentimiento.
—Mis disculpas, Garibol —dijo, intentado hacer que su voz sonara sombría. Los ojos de Oblong estaban demacrados y agotados, el estrés del día tiraba de él. Apenas tenía energía suficiente para mantenerse despierto, y no quería hacer nada más que dormir.
—Está bien.
La figura demacrada y anciana del líder de la familia sacudió su cabeza serenamente, encogiéndose de hombros.
—Es culpa de William que no fuera lo suficientemente capaz. Tenía una cantidad decente de potencial, pero, como dicen, cuando la sangre se estropea… —se encogió de hombros de nuevo.
—Oblong. Suficiente de sutilezas.
Una mujer de aspecto sencillo se escabulló en el patio, seguida por algunos otros magos del destino. Al final del grupo caminaba tranquilamente un hombre que hizo temblar a Oblong.
Lord Hadrion. Un mago de clase Dominus.
Tenía un cabello negro largo y salvaje, con una apariencia física musculosa. Un mentón y una mandíbula fuertes complementaban su sonrisa ruda, dándole un aspecto brusco. Pequeñas partículas de energía negra parecían flotar alrededor de él, siguiéndolo.
La devastadora aura que algunos seres poderosos podían emitir. La mayoría de los magos de clase Dominus tenían la capacidad de emitir un aura, una manifestación física de su fuerza y voluntad. No obstante, Hadrion practicaba un tipo de magia particularmente virulenta, la magia del Rayo negro, y su aura se emitía incluso sin que él lo intentara.
Afortunadamente, sólo una mínima parte de esta se extendía, sin ser suficiente para causarle sufrimiento a la gente. Aun así, le daba una apariencia increíblemente feroz. Una que tenía bien merecida.
Al lado de Hadrion había una mujer entrada en años que llevaba un vestido entero de color morado, con la insignia del Imperio del río Obsidia estampada en él. Una de los magos reales de la nación, la única que practicaba magia espacial.
—Comandante Larah. Lord Hadrion.
Oblong se giró e inclinó mientras miraba a los superiores que había estado eserando.
El mago real Aymon dio un paso adelante, saludando al dúo también, y luego se volteó para sonreír y abrazar cálidamente al otro mago real.
—¿Dónde está Graxital? —la voz de Lord Hadrion era áspera y fascinante, llena de poder.
Oblong tragó saliva cuando escuchó eso, pero se recuperó sin problemas y respondió,
—Él se está recuperando adentro. Desatar su último hechizo tomó mucho de él, y le llevará algunos días recuperarse.
Lord Hadrion asintió cuando escuchó esto, y luego echó un vistazo hacia Larah a su lado. La comandante del Destino dio un paso delante de inmediato, haciéndose cargo.
—Oblong, comienza una predicción inmediatamente. Necesitamos localizar la ubicación de ese dragón antes de que pueda irse demasiado lejos, y rastrearlo —su voz fue firme, sin lugar a discusión.
Oblong no se permitió suspirar, simplemente asintió con atención. Delante de Lord Hadrion, no podía permitirse quedar mal. El hecho de que había hablado con el dragón, así como había estado de pie delante de él, significaban que era la mejor opción para rastrear las reverberaciones en el destino que estaba emitiendo. Sin embargo, se estremeció nuevamente, ante el recuerdo del aura que emitía la bestia.
Juntó las manos y lanzó un hechizo formal.
—Magia del destino: predicción.
Los magos que estudiaban magia del destino tenían una comprensión única con el destino. Después de muchos años de estudio, especialmente para aquellos en la clase Magister y superiores, un mago podía adivinar ciertas cosas incluso sin lanzar hechizos.
El hechizo formal, predicción, era la base de la magia del destino. Era un hechizo complejo que permitía usar la energía de la existencia para sentir conexiones del destino que existían en los alrededores. Incontables hilos invisibles que tejían un enorme tapiz de la vida que conectaba a todos los seres vivos.
El encontrarle sentido al gran tapiz de la vida era difícil incluso para los mejores magos del destino, pero lo que se podía obtener era casi siempre útil.
Mientras Oblong lanzaba su predicción, enfocándose en el pequeño dragón que habían visto, sus ojos comenzaron a brillar con una débil luz blanca. Sintió su conexión con el mundo, la maravillosa y dichosa sensación de contemplar el ilimitado tapiz de la vida. Sintió los hilos del destino conectados a él, intentando sentir uno que contuviera reverberaciones en el destino, creado por causas desconocidas.
No obstante, justo cuando estaba tratando de centrarse en uno, un cegador destello de luz bombardeó sus ojos, sacándolo de su predicción.
—¡¡Arrrgh!! —gritó fuertemente y cayó al suelo, cubriendo sus ojos con dolor. El áspero suelo de piedra del patio magulló su espalda y codos, su barrera innata como mago de clase Magister era incapaz de absorber impactos causados por sí mismo.
Todos en el patio se congelaron, mirando atónitos al obeso mago del destino.
—¡Mis ojos! ¡Arrrgh!
Oblong intentaba agarrar sus ojos. Dos líneas de sangre gotearon por su cara, la zona alrededor de sus ojos estaba enrojecida y quemaba. Se rehusó a abrirlos, y en cambio, inmediatamente se obligó a superar su dolor, lanzando otro hechizo.
—Magia del destino: reversión del destino.
Sintió que una gran cantidad de energía en su cuerpo lo dejaba. No sería capaz de lanzar otro hechizo hoy.
La magia del destino no era conocida por sus hechizos curativos. El único hechizo que Oblong conocía que podía curarlo era el hechizo reversión del destino, el cual era similar a algunos hechizos de magia del tiempo en los que se revertía algo que le había sucedido.
A medida que el enrojecimiento en su rostro comenzaba a disminuir, y su cuerpo comenzaba a sanar, el dolor que amenazaba con dejarlo inconsciente se desvaneció. El cansancio abrumador que sentía ahora, no obstante, permanecía. También se puso a temblar con su cuerpo en shock.
—¡¿Qué demonios fue eso?! —la voz de la comandante Larah rompió el silencio congelado, mirando a Oblong confundida.
Oblong respondió, con la voz entrecortada y atormentada.
—El dragón parece tener algún tipo de protección aplicada en él de la predicción del destino. No siento que sea permanente, pero soy incapaz de romperla, al menos por ahora.
Sus ojos terminaron de sanar, completamente restaurados a la condición en la que habían estado antes.
—¿Qué? No podemos darnos el lujo de esperar, nosotros no…
La comandante Larah fue interrumpida en mitad de la frase antes de que pudiera continuar.
—Está bien, Larah —la voz de Lord Hadrion era fría, sin mostrar una pizca de disgusto—. Cualquier ser que tenga un alma que tuerce el destino está sujeta a ser inusual en sí misma. Es consciente de que lo estamos cazando ahora, es natural que prepare resguardos.
Sus ojos brillaban mientras hablaba, con una pequeña sonrisa apareciendo en su cara—. Oblong, has trabajado duro. ¿Te importaría convertirte en una adición permanente a mi equipo?
El hombre se volteó para ver a Oblong, la pequeña sonrisa se desvaneció cuando sus ojos se pusieron completamente serios. La emoción atravesó su cansada confusión como un relámpago cuando se incorporó, mirando al mago hosco.
—Sería un placer para mí, Lord Hadrion.
En el interior, estaba gritando victoriosamente. ¡Esto era perfecto! Todo mago del destino necesitaba de compañeros poderosos con los que hacer equipo. Al pararse al lado de Lord Hadrion, estaba casi garantizado que sería generosamente recompensado a medida que pasara el tiempo, y fácilmente avanzaría a la clase Magnus Magister.
—Bien. Descansarás aquí con Graxital. El resto de nosotros iremos hacia el objetivo de inmediato. Sólo tenemos horas, en el mejor de los casos, hasta que lleguen los equipos de los Departamentos de dispersión y oscuridad —su voz era poderosa y estaba llena de autoridad. Se volteó para mirar a la comandante Larah, con sus ojos fríos, prosiguió—. Larah, lanza una predicción y ve si puedes encontrar algo relacionado con el dragón. No hagas la predicción directamente en él, hazlo de manera indirecta. Dudo que esté protegido de nosotros.
Larah asintió de inmediato y se puso a trabajar, preparándose para lanzar su hechizo. Oblong se retiró al interior del patio que la familia Robel les había proporcionado, quedándose dormido casi instantáneamente al interior de una pequeña habitación.
—Magia del destino: predicción mayor.
Un hechizo que solo un mago del destino de clase Magnus Magister podría lanzar. El hechizo requería una cantidad enorme de energía y concentración, algo que solo un alma poderosa podía manejar. Larah sólo podía lanzarlo una vez sin tomar un largo tiempo para descansar.
Era una versión más poderosa de una predicción regular, ero una que era mucho más precisa y específica.
Un silencio tenso siguió cuando ninguno de los presentes se atrevió a hablar, esperando a que Larah terminara su hechizo. Hadrion lo observó todo sin emoción, con aspecto despreocupado. Pasaron unos momentos.
Los ojos de Larah brillaron mientras hablaba en voz alta, alzando la vista de su hechizo, con su voz llena de entusiasmo.
—No he encontrado la perturbación, Lord Hadrion… Pero he detectado a alguien que podría ser capaz de ayudarnos a encontrarla, o al menos proporcionarnos un vínculo más cercano —la maga del destino de cara sencilla se apartó de Hadrion para mirar al líder de la familia Robel, con una mirada extraña en sus ojos brillantes—. Parece que su descendiente mago de madera ha logrado sobrevivir después de todo.