La sensación de las dos leyes sobrecargó los sentidos de Dorian por un breve momento. Las fuerzas completamente opuestas pululaban en su alma, la energía inundaba con avidez mientras se aferraba a ellas.
Tenía la intención de usar la energía para protegerse. Después de todo, ni siquiera había podido moverse mientras esa burbuja malvada lo mantenía quieto. Cualquier cosa que pudiera impulsarlo a salir era algo a lo que se aferraría.
No obstante, al alcanzar esta energía, se apoderó de él un sentimiento algo familiar.
La energía fluctuante lavaba su alma con poder... una luz crepitante que temblaba a su alrededor, aumentando la fuerza de su alma... una singularidad con el mundo a su alrededor...
Estaba sufriendo un bautismo de las leyes del universo.