—Increíble…— murmuró el excélsior Gamin, con sus ojos abiertos ampliamente.
—¿Cómo logró predecir ese ataque sorpresa? Ni siquiera yo pude sentirlo.
La poderosa figura pseudo-Angelus estaba de pie a la sombra de una pequeña torre a unos doscientos metros de distancia. Estaba usando un hechizo mágico único de viento que le permitía escuchar y ver a través del viento, lo que le permitía observar desde lejos.
Él fue la única persona presente que pudo sentir la flecha cegadora de energía que hizo volar lejos al famoso cazador de demonios Bayran.
Sin embargo, en ese mismo momento, también logró detectar una pizca de la energía imbuida en aquella flecha.
Si bien la energía en la flecha era extremadamente auto-contenida y concentrada, el excélsior Gamin era un experto de clase pseudo-Angelus que había dominado la ley del viento. Era capaz de lanzar su conciencia al viento mismo, sintiendo casi todo dentro de cierto rango.
