Ruido sordo
Los pies de Dorian se deslizaron ligeramente al aterrizar sobre la roca que sobresalía. El círculo dorado que brillaba sobre él estaba lleno de energía mágica, concentrada de tal manera que le ponía la piel de gallina a Dorian.
—¡Gran señor! —la voz de Líder resonó con respeto mientras el poderoso humano demoníaco se agachaba al borde de la roca sobresaliente, con el arco del gobernante preparado.
«Hay diez de estos, pero solo seis personas pueden entrar en cada uno. Somos cuatro, contando a los dos dragones», sus pensamientos iban por delante de él mientras inspeccionaba las cercanías.
Los portales de entrada a las Ruinas de la Ascensión empezarían a activarse tan pronto como un solo ser llegara a los alrededores de los mismos. Cuando Dorian se encontrara cerca de él, podría ver débiles partículas amarillas que empezarían a salir del portal, brillando con intensidad.
