Unos días más tarde…
La Cima Diablo Santo era pacífica y armoniosa, y nadie la visitaba.
La unión de Lin Fan a la Secta Cielo y Tierra, y el haberse convertirse en uno de sus discípulos de la Secta Interna no causó tanto revuelo ni atrajo la atención de nadie.
En los últimos días, Lin Fan también había empezado a comprender la situación general de la Península Eterna.
Nueve sectas, seis residencias, tres cuevas y setenta y dos bandas...
Esa era la distribución de la fuerza en toda la Península Eterna. Aquellos eran los niveles más altos entre todos. Y esas sectas y bandas menores tampoco eran tan débiles.
La mayoría de las sectas y bandas menores estaban formadas por los discípulos consumados de algunas sectas principales o algo así antes de extender su influencia. Algunos de ellos estaban en un nivel del que nadie se burlaría.