—Viejo Maestro Dragón de Agua, Dios Demoníaco de la Sequía... ¿Por qué os apresuráis? Vamos a tener una buena conversación, ¿de acuerdo? —Lin Fan flotó frente a esos dos trozos de carne ensangrentada y sonrió.
¡Y pensar que había dos que aún estaban vivos! ¡Aquello no fue un desperdicio de sus esfuerzos después de todo!
—Viejo Maestro del Trueno, ¡no has sacrificado tu vida en vano! Las acciones hablan más que las palabras. ¡Con esto, has demostrado que eres mucho más fuerte que nadie!
Ser capaz de joder a más de seis poderosos seres supremos con una sola autodestrucción... ¡Eso sí que era extremadamente formidable!
En el momento en el que escucharon esa voz, el Viejo Maestro Dragón de Agua y el Dios Demoníaco de la Sequía se quedaron atónitos. Eso fue seguido de un trágico lamento.
