Tras un mes entero de descanso, el dolor en el cuerpo del Príncipe Heredero y Shang Qingcheng se había disipado del todo.
Entonces, los dos se encontraban en un restaurante.
─Ese tipo ya debería haber sido suprimido por mi padre —los acontecimientos de un mes atrás eran algo que el Príncipe Heredero aún recordaba profundamente en su corazón. Si no fuera por el hecho de que el dolor era demasiado intenso y no tenía otra opción que descansar, podría haber llevado ya un ejército con él para derrotar a la otra parte.
Shang Qingcheng no respondió. No obstante, sus ojos aún brillaban con una ira indignada. Incluso con el paso del tiempo, la ira en su interior no podía ser eliminada en absoluto.
─¿Cómo estás tan seguro de que tu padre ya ha hecho algo al respecto? Shang Qingcheng preguntó.