Los sonidos de Buda viajaron por todo el mundo como música celestial. Un cielo repleto de luz de Buda descendió a medida que un poder auspicioso y pacífico surgió a través del vacío.
Un gigantesco asiento de loto dorado apareció dentro del vacío, encima del cual no estaba otro que el Buda Ancestro.
En ese momento, la expresión del Buda Ancestro era solemne. Uno no podía distinguir nada extraño en su expresión, sin embargo su corazón ardía con una inagotable cantidad de furia.
Uno no debería esperar toda la noche para buscar venganza. Para un poderoso ser como el Buda Ancestro, ¿cómo podría soportar semejante pérdida frente al insignificante Humano?
—Eres tú otra vez —el corazón de Lin Fan dio un vuelco, sintiendo algo impropio al respecto.
