Siempre que uno tuviera las habilidades, podría amolar una barra de hierro en una aguja.
No obstante, Lin Fan no estaba preocupado por eso. ¿No era simplemente una aguja? E incluso si se convirtiera en una aguja, todo lo que tenía que hacer era cortarla y regenerar una nueva.
Era un plan firme a ciencia cierta.
Un abismo sin fin con curvas discretas y penetrantes... Durante un instante más o menos, aquello fue simplemente una sensación misteriosa para la vista.
El cuerpo de la Emperatriz del Fuego y el Agua ciertamente no era del que uno pudiera quejarse. Era exquisito y hermoso, con protuberancias en los lugares correctos. No era gorda ni flaca, formando curvas perfectas en su cuerpo.
Y en ese momento, podría describirse hasta como un caballo salvaje que acababa de ser liberado en la naturaleza, galopando con una alegría desenfrenada sobre las praderas.
«Ding... +5000 Puntos de Experiencia.»