Lin Fan no estaba intimidado en lo más mínimo por esa Emperatriz Dragón Shen Wu y sus autoritarios discursos. Teniendo en cuenta su fuerza actual junto con la restricción del Sable Matadragones, sus posibilidades de ganar deberían ser cincuenta por ciento. No obstante, con respecto al resultado real, nadie sabría decirlo con certeza.
—Monje calvo, tú y el Décimo Príncipe os llevaréis a los demás con vosotros para completar el resto de las misiones primero —esa Emperatriz Dragón Shen Wu parecía un poco tiránica y no tenía pinta de que fuera fácil de tratar. Con el fin de asegurarse de que sus misiones se completaran a tiempo, Lin Fan ya estaba preparado para tomar medidas.
—Benefactor, ¿estarás bien? —El Reverendo Shakya preguntó preocupado. Después de todo, ¡esa fulana era un ser Celestial Divino Nivel Diez!