—¿Qué demonios le has hecho al Décimo Príncipe? —El Emperador Dragón Tao Tian era el líder de los cuatro Emperadores Dragón. Ahora que el Décimo Príncipe estaba sirviendo a ese otro, seguramente le había lavado el cerebro.
Teniendo en cuenta su fuerza, era imposible que pudieran despertar al Décimo Príncipe de esto. Aquello era algo que solo el Ancestro Dragón de su raza debería ser capaz de hacer.
No obstante, la situación en ese momento se estaba tornando un poco difícil de gestionar. El Décimo Príncipe era demasiado fuerte para que ellos se encargaran de él en ese momento.
—Vuestro verdadero destino es someteros a nuestro Maestro —el Décimo Príncipe se colocó al lado de Lin Fan y comentó con indiferencia.
—¡Décimo Príncipe! ¡Eres el Décimo Príncipe de nuestra Raza del Dragón Colosal! ¿Cómo puedes reconocer a un humano como tu maestro? ¿Dónde está tu dignidad como Dragón Colosal? —El Emperador Dragón Tao Tian gritó de rabia.