A fin de cuentas, lo que más le importaba a Lin Fan era su entrada. Uno nunca jamás podría conformarse con una entrada que fuera poco menos que espectacular.
De lo contrario, ¿cómo se respondería Lin Fan a sí mismo después de sus logros de toda una vida hasta la fecha?
En se momento, flotando en el aire, había un Dragón Colosal que tenía cien mil pies de largo. Su majestuoso carácter e inmenso poder de dragón abarcaron todo el mundo. Las escamas en su cuerpo eran sumamente brillantes, parecidas a los brillantes soldados celestiales en el cielo en aquel momento.
Y, en la cabeza de ese majestuoso Dragón Colosal se encontraba Lin Fan. Con las manos detrás de la espalda, sus ojos miraban a todos los seres vivos de aquel mundo con desdén.