No obstante, aunque de verdad hubiera un malentendido, que así fuera.
Ahora que su estado del cuerpo físico ya era el de un Celestial Divino Nivel Ocho, Núcleo Divino del Cielo y la Tierra, la sensación fue suficiente para hacer que flotara en el séptimo cielo.
A partir de entonces, mataría con facilidad a todos con los que se encontrara, ya fuera un Dios o un Buda. Ese sentimiento de supremacía resurgió a través de él de nuevo.
Cuando Lin Fan acababa de llegar al Mundo Santo Ancestral y se interesó en él, se percató de lo difícil que era para los poderosos seres del Mundo Santo Ancestral actuar de forma extravagante en aquel lugar.
No obstante, las cosas iban a ser diferentes ahora. Su estado del cuerpo físico era el de un Celestial Divino Nivel Ocho, Núcleo Divino del Cielo y la Tierra en ese momento. De ahí en adelante, su camino de actuar haciendo el idiota estaría más asegurado que nunca.