—¡Este tipo es demasiado aterrador! ¡No, no debo deja que me atrape! ¡De lo contrario, seré carne muerta! —Lin Fan apretó los dientes. Ignorando los peligros de ese abismo insondable ante él, se fusionó con el río del espíritu de la Tierra y se adentró más allá en ese mundo.
—¿Quieres huir? ¡Hoy no vas a escapar! —Long Xuan resopló con furia. Lin Fan había agotado su paciencia.
El dolor punzante de su culo le estaba causando el sentir una gran humillación. Si bien todavía no estaba en el punto en el que querría matar a Lin Fan, quería enseñarle a ese humano una lección de todas formas.
Las garras de Long Xuan aferraron una vez más. No obstante, esa vez no estaba aferrando el suelo. Estaba apuntando justo en la dirección donde Lin Fan había saltado.