—[Un Látigo para Gobernar el Mundo].
Cuando Lin Fan murmuró esas palabras en voz baja, no pudo evitar recordar otra frase similar. Si bien podía ser más burda que aquello, el significado debería ser similar.
Lin Fan dejó de hacer todo lo que estaba haciendo.
La Voluntad del Cielo, quien estaba gimiendo y batallando, también se detuvo sobresaltada, como si ese cambio de intensidad lo estuviera haciendo sentir incómodo. Miró a Lin Fan sin comprender, preguntándose por qué el otro se había detenido.
¿Fue porque por fin temía a los Cielos? ¿Se había dado cuenta al final ese hombre de que sus acciones eran pecaminosas a los ojos del mundo?
Pero además de ese pensamiento, la Voluntad del Cielo sintió como si algo faltara en su corazón.
Había un vacío indescriptible en su corazón...
—Tú... —la Voluntad del Cielo quería hablar cuando su expresión cambió. Acababa de darse cuenta de que el aura alrededor de Lin Fan estaba cambiando.