—¡Mierda! ¡Este maldito perro negro Santo Siete! ¿Dónde ha escondido esa cosa? —Lin Fan estaba exasperado en ese momento. Dando vueltas en círculos, se había topado con innumerables monstruos. ¡Pero aun así, no había visto ninguna cámara secreta o algo parecido!
—¡Cuckcuckoo...! —Encaramado todo el tiempo en los hombros de Lin Fan, Pollito estaba abatido al ver lo frustrado que estaba su Maestro. Con un suspiro impotente, saltó de los hombros de Lin Fan.
"Sniff, sniff"
Bajando la cabeza, Pollito olfateó los alrededores.
—¡Pollito, no me digas que puedes encontrarlo! —Al observar el comportamiento de Pollito, Lin Fan comentó con cierta incredulidad.
Pollito no dijo nada en respuesta. En su lugar, cerró los ojos suavemente, como si estuviera tratando de sentir el aire a su alrededor.
—Pollito, ¿estás seguro de que puedes?
Sacudiendo la cabeza, Pollito lanzó una mirada de disgusto. Era como si estuviera diciendo: "me estás molestando".