—¿El pene del Emperador Demonio de la Sangre?
Lin Fan estaba completamente desconcertado en ese momento. ¡No había esperado que algo así saliera de un tributo!
Guau, ¿cómo podría ser tan despreciable el poder del inframundo? En aras de absorber esas líneas de la red de energía, ¡ni siquiera perdonarían su pene!
Lin Fan respiró hondo y agarró su Hacha Eterna con fuerza. Era como si aquello fuera un desafío intachable para él en ese momento.
—¡HUMANO! ¡NO PUEDES HACER ESTO! ¡NO...! —Ese poderoso e imponente Emperador Demonio de la Sangre estaba a punto de llorar en aquel momento.
Nunca se había imaginado que sucedería algo como aquello.
—¡Poder del inframundo! ¡Cómo has podido hacer esto...! —El Emperador Demonio de la Sangre estaba aullando repetidamente en su corazón en aquel momento.
Lin Fan se quedó allí, callado durante un momento. Su nivel de energía estaba aumentando.
