—¡Mierda! ¡Volar con este Kun-peng es una gran estafa!
Justo entonces, aparecieron dos sombras en la montaña sin nombre.
Pensar que habían gastado tantos recursos para invocar a aquel Kun-peng, solo para que batiera sus alas varias veces, volar a través de los vacíos y arrojarlos a los dos justo ahí y nada más.
¿Qué clase de trato asqueroso fue ese? Pero por la parte positiva, al menos el Kun-peng fue bastante rápido. Habían llegado a la Secta Santa en un abrir y cerrar de ojos. Con suerte, todo iría bien.
No obstante, cuando Lin Fan empezó a examinar su entorno, su rostro cambió de inmediato.
—¡Hermano Lin, esto...! —Xin Feng aún no se había recuperado por completo del asombro del Kun-peng. No obstante, cuando vio la expresión petrificada del hermano Lin, se quedó atónito. Al mirar el desolado estado de la montaña sin nombre a su alrededor, la expresión de Xin Feng también se tornó sombría.
¿Podría ser demasiado tarde?