Lin Fan se limpió las gotas de sudor de la frente en silencio. ¿No era ese mundo demasiado peligroso? Ese terreno prohibido era tan condenadamente jodido, ¿pero por qué seguía la gente llegando continuamente para explorarlo?
Ceng Hailong estaba gruñendo maliciosamente en el suelo.
"¡POOF!"
En un instante, el cuerpo de Ceng Hailong empezó a arder. Esas ardientes llamas rojas se volvieron negras poco a poco como las llamas del infierno.
—¡Qué...! ¡No me digas que se va a transformar en la antorcha humana! —Lin Fan contempló la escena en estado de shock, incapaz de creer lo que estaba pasando.
Pero ese no fue el final de todo, todavía no. Algo parecía estar a punto de estallar en el cuerpo de Ceng Hailong, ya que había sonidos de golpes procedentes de su interior.
Su espalda se arqueó hacia arriba de repente.
"¡BOOM!"