El [Horno del Cielo y la Tierra] seguía ardiendo con fiereza. No obstante, el refinado seguía bajo el control de Lin Fan después de todo. No se había atrevido a activarlo a máxima capacidad. Si no, sería cenizas en un instante.
Lento pero seguro, el templado de su cuerpo físico estaba mejorando con el tiempo también, a pesar del insoportable dolor, pero lo que Lin Fan no podía soportar fue el desorden mental. No era nada apropiado para los humanos estar sufriendo.
El espíritu pertenecía al lado del Yin, mientras que el poder de refinar del horno pertenecía al lado del Yang.
Lin Fan estaba esperando simplemente para ver cuánto tiempo podría aguantar ese espíritu.
El espíritu estaba gimiendo en el interior de su conciencia, pero Lin Fan no estaba mejor. Sus ojos ardían, ya que este dolor era intolerable de verdad.
