En la expedición a la Cueva Abisal del Demonio Terrestre de esa ocasión, las recompensas obtenidas fueron bastante buenas. Así ocurrió especialmente en el caso de Hu Qing y los demás, quienes habían obtenido bastantes núcleos. Para ellos, la fortuna que ganaron fue buena.
De todas las cosas, la recompensa más sorprendente fue el Sable Escarlata del Demonio de Sangre, un Tesoro Supremo de Grado Cuasi-Supremo.
Si cambiaran ese sable por Puntos de Contribución en la secta, sería una suma astronómica a ganar.
De hecho, habría muchos discípulos poderosos o incluso sénior que se acercarían y tratarían de intercambiar ese Sable Escarlata del Demonio de Sangre por toda clase de medicinas y píldoras.
—¡Por el viaje a la Cueva Abisal del Demonio Terrestre de esta ocasión, todo es gracias al Hermano Junior Lin! —Dijo Su Hongchen.
