Shang Qingcheng estaba totalmente perpleja en ese momento. ¡No había esperado que alguien la pisoteara en la cara algún día! ¡Y además, frente a tanta multitud...!
Algunos de los hombres de los alrededores se enfurecieron en ese momento. Si bien también estaban molestos por el comportamiento de la Familia Shang, el hecho de que la belleza número uno en toda la Ciudad Solitaria de los Cielos fuera pisoteada por los pies de alguien era algo que invocaba el corazón del guerrero para querer salvar a la damisela en peligro.
No obstante, cuando pensaron en cómo un solo golpe de la otra parte había causado que la Bestia Ancestral Celestial Divina Nivel Uno explotara, sus corazones empezaron a temblar de miedo.
A su parecer, aquello fue algo simplemente demasiado terrorífico.
—¡BASTARDO! ¡Definitivamente voy a matarte! —Shang Qingcheng gritó a pleno pulmón. Era como si se hubiera convertido en una leona enloquecida en ese momento.