«¡Ains! He escapado de las fauces del lobo solo para acabar en las fauces del tigre. Mi vida a partir de ahora definitivamente va a ser terrible.»
Lin Fan se lamentó en su corazón con preocupaciones ondulando. No sabía a dónde conduciría ese camino en el futuro.
La Diosa Demoníaca de la Muerte estaba ciertamente pervertida, y aquello era algo con lo que Lin Fan no podía estar más de acuerdo. No obstante, esas Emperatriz del Fuego y el Agua tampoco era mucho mejor. Podría ser considerada como otra clase de pervertida también.
Tras un buen rato, Lin Fan se percató de repente de que el paisaje a su alrededor había cambiado.
—¿Dónde estamos? —A esas alturas, Lin Fan podría ser considerado como un viejo conocido de la Emperatriz del Fuego y el Agua y, por lo tanto, naturalmente no tenía miedo de que ella lo matara.