En un lugar donde enormes montañas se erguían…
Había un grupo de montañas rodeando esa zona. En el Mundo Santo Ancestral, la Secta Espíritu Celestial no era más que una secta insignificantemente pequeña, y nada más.
El Gran Maestro de la Secta Espíritu Celestial pertenecía a la Raza Espiritual. Cuando ascendió del Mundo Inferior, fue salvado por un ser poderoso gracias a un encuentro predestinado, y fue, por ende, salvado de las malignas garras de la Raza Ancestral. Más tarde, cuando su cultivo alcanzó un nivel bastante bueno, creó su propia secta con el fin de darles un lugar seguro a los seres de la Raza Espiritual de los Infiernos del exterior. En consecuencia, la Secta Espíritu Celestial fue creada.
Había innumerables seres de la Raza Espiritual retenidos en cautividad y criados por la Raza del Tiburón Colosal. Así pues, la última misión de la Secta Espíritu Celestial era poder salvar a los otros seres de la Raza Espiritual.