Al pie de la montaña de la Secta Diablo Santo, en el nacimiento del bosque…
El Emperador Yan estaba de pie entre la multitud, mirando esas nueve montañas que solían ser invencibles y lejos de su alcance en la época. Ahora estaban justo delante de él, casi a su alcance. Este sentimiento lo hizo excitarse.
Hubo muchos antepasados que intentaron sacar a la Gran Dinastía Yan del control de la Secta Diablo Santo. Sin embargo, ninguno de ellos tuvo éxito. Pero ahora, el Emperador Yan iba a sacar de la vergüenza a la Gran Dinastía Yan. Ese era un logro realmente sobresaliente en la historia.
Cuando miró a la gente de esas otras sectas, sus ojos brillaron brevemente.
—Quién hubiera pensado que la secta Diablo Santo sabía de nuestro plan. Claramente, uno de nosotros filtró esa información —dijo un hombre con un manto negro de profunda y ronca voz.