Un deslumbrante resplandor divino destelló en todas direcciones. El mundo entero estaba cubierto por completo de los poderes de los cinco Seres Supremos. Si bien cada uno de sus poderes podía diferir de forma individual, había una cosa idéntica: cada uno de esos cinco poderes eran formidablemente inigualables. No había lugar para nadie se defendiera en absoluto.
—¡Incluso un perro sabe escalar una pared cuando es llevado a un callejón sin salida, por no hablar de un humilde servidor! Dado que vosotros, panda de despojos, os atrevéis a unir fuerzas de una forma tan descarada, ¡es hora de que un humilde servidor pelee con vosotros!
—¡JAJAJA! ¿Qué tienes con lo que luchar, humano? ¡Solo espera tu muerte de forma obediente!
Los cinco Seres Supremos no estaban preocupados por Lin Fan en lo más mínimo. A medida que alzaron la mano, el mundo entero fue suprimido. En su opinión, el humano no era más que una hormiga que no tenía ninguna posibilidad de regresar.