—¡Maestro, no puede hacerme esto! ¿Cómo puedo yo, como Gran Demonio Ancestral, hacer algo así con ese tipejo...? —El Gran Demonio Ancestral estaba al borde del llanto en ese momento. Gritó, esperando que Lin Fan cambiara de opinión.
—Oh, mi querido niño demonio... Ahora es el momento para que demuestres tu valía. A menos que... desees que tu Maestro se enfrente por su cuenta a ello, ¿eh? —Lin Fan puso los ojos en blanco, impotente.
En opinión de Lin Fan, teniendo en cuenta el poder de batalla del Gran Demonio Ancestral, el ganador aún no había sido determinado siquiera. ¿Quién sabía si el Gran Demonio Ancestral podría volverse loco y suprimir a ese tipejo bajo sus órdenes en su lugar? ¡ESO sería tiránico!
El Gran Demonio Ancestral miró a Lin Fan, luego a ese Ser Supremo que les perseguía a toda velocidad. No pudo evitar sentir aflicción en su corazón. ¿Iba a perder su virginidad en ese mismo lugar?
¡No, absolutamente no!