—Feng Qingzi, ¡veré qué más puedes hacer hoy!
El poder del Ser Supremo Santo era tiránico mientras envolvía al mundo entero con su aura. No obstante, no sabía cómo ese despojo, Cruel, estaba lidiando con el humano en ese momento.
Miró al [Horno del Cielo y la Tierra] que estaba flotando apaciblemente en el aire en ese momento. Era extraordinario. Tenía que llevárselo de vuelta sin duda.
Los rostros de la Emperatriz y el Emperador Santo Namo estaban serios. Aunque los dos unieran fuerzas, no eran rival para el Ser Supremo. No obstante, no les sería un problema mantenerlo a raya.
La Emperatriz y el Emperador Santo Namo eran los dos seres Celestiales Divinos Nivel Diez. No obstante, ninguno de ellos había recibido el Asiento del Dios Eterno. Por lo tanto, seguían siendo más débiles que Santo en cuanto a poder.