—¡No eres más que una persona descarada y despreciable! —Long Yumo arremetió.
Al mismo tiempo, estaba lleno de remordimientos en su corazón. ¿Por qué no había matado a esa persona antes? ¿Quién iba a saber que esa persona poseería un tesoro de esa clase?
Eso fue extremadamente deplorable.
No obstante, ¿qué podría hacer aunque se arrepintiera en ese momento? Al ver a ese ser vivo actuando de una forma tan descarada ante él, la ira humeaba en cada parte de su cuerpo.
—¡Amiguito! ¿Tuvimos alguna clase de malentendido en algún momento? Eres una persona virtuosa, ¿no? ¡Estamos exigiendo justicia para los Cielos! —Los miembros de la Raza del Fénix gritaron.
—¡Pequeño hermano! ¿Puedes soltar a tu gran hermana? —Una chica de la Raza del Fénix habló. Su voz era tierna y gentil en ese momento.
Lin Fan no respondió. En su lugar, arrojó su túnica hacia atrás y colocó sus manos detrás de su espalda.