Todo el ejército de la Raza Ancestral fue aniquilado sin quedar un único superviviente. En el momento en que el Paraíso de Lin Fan se dispersó, la Voluntad del Cielo del Mundo Santo Ancestral ya lo había sentido.
Ira... ira ilimitada.
Todos los seres vivos dentro del Mundo Santo Ancestral vieron que los cielos crepitaban con relámpagos, como si el fin del mundo se acercara. No sabían lo que había sucedido. Una situación como aquella no tenía precedentes en el Mundo Santo Ancestral.
En sus altos tronos enjoyados, los ocho Seres Supremos de la Raza Ancestral sonrieron con indiferencia al recibir las noticias de la Voluntad del Cielo del Mundo Santo Ancestral.
Para los otros siete Seres Supremos, aquello no era nada de lo que preocuparse. No obstante, el Ser Supremo, en cuyo distrito se encontraba Lin Fan, estaba furioso.
Incluso la muerte del Marqués de la Desesperación, diablos, incluso la del Rey Soberano Wei no lo había enfadado tanto.