A esas alturas, Lin Fan estaba a punto enloquecer por completo. ¡Ese Emperador del Fuego y el Agua debía ser un maldito estafador! Si no quería que nadie entrara en su tumba, ¿por qué demonios dejaría todos esos Talismanes Direccionales? ¿Acaso aquello no era estafar a las personas?
En aquel momento, Lin Fan estaba enfadado por completo con ese Emperador del Fuego y el Agua. Si todavía estuviera vivo en ese momento, Lin Fan golpearía tanto su rostro definitivamente que sus padres ya no podrían reconocerlo.
Y justo cuando Lin Fan estaba cavilando en su corazón, el vacío empezó a temblar suavemente.
Lin Fan se concentró instintivamente, preguntándose qué clase de tontería estaba a punto de suceder en ese momento. Teniendo en cuenta que esos gigantes de piedra no podían matar a un humilde servidor, tenía que haber algo aún más cruel apareciendo en ese momento.
No obstante, cuando Lin Fan vio la figura que apareció de la nada, frunció el ceño.