«El tiempo límite es un día, ¿verdad?»
El escuadrón de diez hombres de la Raza Ancestral yacía alrededor, asesinados por Lin Fan. El hedor de su sangre impregnaba todo el lugar. Bajo la espantosa aura de Lin Fan, todas las bestias empezaron a retirarse en silencio también.
Pero en cuanto a Lin Fan, su espíritu todavía estaba extremadamente ardiente en ese momento. Había una furia ardiente que se inflaba en su corazón y que necesitaba liberar con urgencia.
Blandiendo el Hacha Eterna en sus manos, Lin Fan miró a lo lejos desde los valles montañosos.
En ese momento, el único sentimiento que tenía en su corazón era arrepentimiento. Se culpó a por todo. Sabía que la Raza Ancestral lo buscaba como fugitivo, pero aun así residió en la aldea. Fue él quien provocó su desaparición prematura.
Un rayo de luz estalló, desgarrando los cielos en la distancia.
