—Yo responderé por mis dos hermanas junior... No. —con eso, Liu Linfeng dio un paso adelante y miró a los dos hombres con desdén.
—Hmph. ¿Qué os parece a ambos echar un pis y ver vuestros reflejos en él? ¿Os atrevéis a mancillar con vuestras miradas a mis hermanas junior? ¿Realmente pensáis que sois dignos? —Liu Linfeng resopló de forma despectiva.
—¡Feng...! —En el momento en el que Xuan Yunxian escuchó aquello, frunció el ceño.
—¡Maestra, no se preocupe! ¿Qué se creen que es la Secta Xuanjian? ¿Un lugar donde puedan coger cualquier cosa lo que quieran? Los dos tienen un aspecto bastante sombrío, con el aspecto de una rata. Uno los mira y sabe que no puede ser nada bueno. ¡Nuestras hermanas junior serían pisoteadas si siguieran a estos dos! —Liu Linfeng no podía ser molestar con esos dos hombres.
—¡Muchacho, de qué estás hablando! —De repente, Huang Yuanlong sobresalió y arremetió contra Liu Linfeng, señalando con el dedo a ese último.