El Gran Maestro de la Secta Nube roja estaba disfrutando del estado de ánimo en el que se encontraba la Secta Jiuxiao en ese momento. En el pasado, cada vez que venía, tenía que ser cortés y comportarse de forma correcta. ¿Pero en ese momento? Las cosas eran diferentes. La forma en que miraba todo era igual a examinar su propia secta.
El Gran Maestro Hu cogió su taza de té y tomó un sorbo. Inmediatamente después, lo dejó caer sobre la mesa al lado suyo. Fijó los ojos en un discípulo cercano de la Secta Jiuxiao y comentó con disgusto.
—¿Qué clase de té es este? ¡No tiene sabor! ¡Cómo te atreves a servirnos un té de tan baja calidad! ¿Estás menospreciando a los Grandes Maestros y las sectas? —Su tono era agresivo.
Estaba familiarizado con el sabor de ese té. Era el mismo té que la Secta Jiuxiao le había servido cuando eran poderosos. Pero ahora que estaban en ese estado, ¿cómo se atrevían a servir la misma clase de té?
