Al día siguiente, todo el color parecía haberse drenado de los cielos, dejando solo nubes grises. El estado de ánimo en la Tierra parecía ser especialmente sombrío debido a los oscuros cielos.
De arriba a abajo, todos los miembros de la Secta Santa estaban de mal humor también. Era como si una roca estuviera oprimiendo fuertemente sus corazones.
Juntos de pie, los discípulos formaban un mar de negro ya que todos estaban cubiertos con túnicas negras, rodeando el Salón de la Gloria de la Secta Santa.
Aquel era el hogar de Secta Santa para sus valientes espíritus. Durante los últimos diez mil años, cada persona que había muerto en aras de la secta fue depositada en ese lugar de descanso final.
El Salón de la Gloria estaba ubicado en montaña lejana al Este. Esa montaña tenía la misma altura que la montaña del Gran Maestro. Era la ubicación más gloriosa de la Secta Santa.
No obstante, aquella gloria solo se podía conseguir después de la muerte.