Cuando Yao Wuxie miró cara a cara a Lin Fan, su expresión era valiente y tranquila. Era como si el hombre del exterior fuera su hermano más cercano. Pero en el momento en que Yao Wuxie se dio la vuelta, esa mirada de confianza desapareció por completo.
Lo que lo reemplazó fue una mirada infeliz. De hecho, se lamentaba en su corazón:
«¿Por qué tuviste que aparecer en este momento, hermano...?»
—Descansa bien, hermano. Volveré en un rato tras entrenar con mi hermano mayor ahí fuera —Yao Wuxie se dio la vuelta y le dio una última sonrisa.
—Sí —Lin Fan asintió con la cabeza. No obstante, no creía por completo las palabras de Yao Wuxie.
En el exterior…
Un hombre de aspecto altivo estaba en el exterior, portando un aura que parecía impura y maligna. El hombre había traído un chambelán. De arriba a abajo, el chambelán también emitía un aura arrogante, como si ignorase el mundo por completo.