Lin Fan miró hacia el cielo y suspiró.
«Maestro Entrenador... ¿Cuál es tu verdadero propósito?»
Lin Fan se sentía algo ansioso. Hoy en día, el sistema se estaba volviendo cada vez más perezoso. Aun cuando le dio una nueva técnica, no le dio una explicación completa de la misma.
Solo podía descubrirlo todo a través de la experimentación activa.
Lin Fan empujó la puerta y la abrió, listo para salir. Era hora de encontrar un buen lugar para probar el propósito de ser un Maestro Entrenador.
El paisaje era hermoso en este mismo día.
Su joven y guapa discípula estaba profundamente dormida. Desde que la había traído, tenía el deber de asegurarse de que ella fuera criada con atención.
Lin Fan miró a su alrededor y captó la vista del solitario de Zhang Ergou. Estaba sentado en el banco de piedra en el que se sentó Lin Fan una vez, mirando a través de los campos.