Montaña sin nombre…
De regreso en la residencia de Lin Fan, Zhang Ergou y Feng Bujue estaban ocupados poniéndole al día sobre los acontecimientos.
—¡Gran Maestro! ¡Desde que te fuiste, el hermano junior y yo hemos estado siguiendo fielmente tus instrucciones para lavar el cerebro al hermano sénior Tian Yu! ¡En las últimas dos semanas, me peleé tres veces con el hermano junior y traté de lavarle el cerebro cuatro veces de forma intencionada! Los efectos son evidentes! ¡El hermano sénior Tian Yu parece haber pensado en las cosas! —Zhang Ergou informó con orgullo. Esta era la primera colaboración entre él y Feng Bujue, y los resultados fueron bastante buenos.
Lin Fan escuchó con seriedad dando el visto bueno de vez en cuando. Dejó escapar una leve sonrisa. Con respecto a los informes de Zhang Ergou, estaba muy contento.