En este momento crítico, el anciano de la Secta Fengtian no se sintió intimidado, y ordenó con firmeza.
—¡Todos, tumbaos y haceos los muertos como la Secta Santa!
Justo después de decirlo, dejó caer su cabeza al suelo.
Dado que la Secta Santa había tenido éxito en hacerse la muerta, tenía que seguir su ejemplo naturalmente.
De lo contrario, si la Leona de Nieve atacara, podrían ser eliminados por completo.
Al mismo tiempo, todas las otras sectas luchaban para seguir su ejemplo también. Algunos de los discípulos de las otras sectas fueron a por todas para representar el realismo inclinando sus cabezas de lado y sacando sus lenguas.
Los cielos enmudecieron y el aire se llenó de copos de nieve flotantes. El clamor y la tensión de antes habían desaparecido cuando el silencio se hizo cargo.
De regreso en las arcas gigantes, el tiempo parecía haberse detenido también.
