Montaña sin nombre.
Lin Fan cultivó día y noche, sin echar a perder ni un segundo. Los puntos de experiencia necesarios para subir de nivel aumentaban continuamente y [Empuje de la Marea] había alcanzado las ocho capas de fuerza. Esta velocidad de cultivo podía realmente ser proclamada como la número uno del mundo.
Lin Fan dejó de cultivar. Sus parpados se contraían furiosamente, como si algo grande estuviera a punto de ocurrir. Esa sensación no podía ser errónea.
—¡Maestro! ¡Sal rápido, por favor!
Y en ese momento, se oyó la apresurada voz de Zhang Ergou.
Aunque Lin Fan estaba lleno de curiosidad, lo ocultó en su interior sucintamente. Debía haber ocurrido algo urgente para que Zhang Ergou hablase así. Pero como sexto Gran Maestro de la Secta Diablo Santo, naturalmente, debía mostrar cierto aire de altivez.
—No te preocupes. Pasa —Lin Fan se sentó con las piernas cruzadas, y su voz tranquila entró en los oídos de Zhang Ergou.