Lin Fan había estado observando desde abajo durante algún tiempo, sintiendo que aquello fue una gran pérdida de prestigio para la Secta Cielo y Tierra. Y pensar que solo ganarían dos combates en esa competición. ¡Eso fue bastante patético!
De las nueve grandes Reliquias de la Secta Cielo y Tierra, había dos caras desconocidas. Lin Fan no sabía si dos de ellos habían sido degradados después de perder ante los discípulos de la Secta Interna o si habían optado por dimitir del Asiento de las Reliquias para convertirse en ancianos corrientes.
No obstante, nada de eso le importaba a Lin Fan.
En cuanto a Qing Yangzi, cuyo rostro estaba lleno de vergüenza hasta ese punto, se enderezó emocionado cuando vio a la persona que había salido de la multitud. Enrojeciendo por completo, gritó.
–¡Este muchacho por fin ha decidido regresar!
Los discípulos de los alrededores empezaron a charlar.
–¿Quién es esa persona?