Más de una docena de Rocas Lunares fueron insertadas en los troncos de árboles circundantes en un área vacía del bosque. La luz que emitían hacía que esa área pareciera bastante brillante. La densa niebla también había sido dispersada por la gran batalla que había ocurrido antes. Por eso, había hecho que ese lugar se volviera mucho más visible.
Había cinco figuras en el terreno vacío. Cuatro eran hombres y una era mujer. Sus fuerzas eran grandiosas. Claramente, no eran debiluchos. Además, esa clase de aura no era algo que una persona ordinaria pudiera emitir. Las cinco auras eran igual de fuertes.
Uno de los cuatro hombres usaba una túnica amarillo profundo. Adicionalmente, había una cicatriz de cuchillo en su rostro. Actualmente se encontraba sentado en la rama de un árbol, apoyado contra el tronco del mismo. Su mirada perezosamente recorría el lugar de abajo mientras decía débilmente:
—Rápido…