Cerca de la exuberante vegetación al final de la cordillera, una figura delgada salía lentamente del tenue bosque. Siguiendo la aparición de esa figura, un olor sangriento y fétido fue emitido lentamente. La Bestia Mágica que olfateaba ese hedor sangriento en un radio de cinco kilómetros se retiraba rápidamente, pareciendo como si hubiese sufrido una sorpresa.